Según informes oficiales, el presidente Javier Milei canceló su viaje a Israel debido a cuestiones internas, como la crisis económica, las protestas de los jubilados, el escándalo del Criptogate y las polémicas maniobras en el Congreso. Sin embargo, habría otro motivo detrás de esta decisión: el controvertido escándalo en torno a la Conferencia Internacional contra el Antisemitismo, donde el mandatario argentino estaba programado como orador. De acuerdo con el diario Haaretz, en un intento por reunir a figuras de la ultraderecha global, los organizadores incluyeron entre los invitados a individuos vinculados al neonazismo, el neofascismo y la negación del Holocausto. Este hecho provocó que el presidente de Israel, Isaac Herzog, anunciara que no recibiría a algunos de los participantes. Además, el gran rabino británico y el CEO de una de las principales organizaciones judías de Estados Unidos, la Anti-Defamation League (ADL), decidieron retirarse del evento. Las deserciones no han dejado de aumentar.

 

Las críticas hacia los invitados son numerosas y bien fundamentadas:

 

Entre los participantes se encuentra Vox, el partido de ultraderecha español, que incluye a figuras como Pedro Varela, quien fue encarcelado por editar literatura nazi. También forma parte de Vox Fernando Paz, conocido por afirmar que los hechos del Holocausto “no han sido establecidos con precisión” y por calificar los juicios de Núremberg como “una farsa”.

 

El Partido Democrático de Suecia también está invitado, una organización que cuenta entre sus filas a un exmiembro de las SS nazis, defensor de la supremacía blanca y activo en movimientos neonazis.

 

Jordan Bardella, líder del Partido Nacional de Francia, y Marion Maréchal, nieta de Jean-Marie Le Pen, están entre los oradores. Ambos siguen la línea de Le Pen, quien también ha sido acusado de negar el Holocausto.

 

La lógica detrás de esta situación radica en que la ultraderecha europea ha centrado su discurso en la oposición a la inmigración, especialmente la de origen islámico, lo que explica su apoyo incondicional a Israel. No obstante, estas fuerzas políticas tienen una larga historia de afinidad con Adolf Hitler, el régimen nazi y la ideología de la supremacía racial.

 

Ante la presencia de estos invitados, las renuncias no se hicieron esperar. Este lunes, el gran rabino del Reino Unido, Ephraim Mirvis, anunció que no participaría “al enterarse de la presencia de políticos de ultraderecha”. Por su parte, Jonathan Greenblatt, CEO de la ADL, optó por comunicarse con el presidente Herzog a través de Zoom en lugar de viajar a Jerusalén, “debido a la participación de ciertos individuos”. Esta ausencia es particularmente significativa, ya que la ADL es una de las organizaciones judías más influyentes en Estados Unidos. Felix Klein, una de las principales figuras alemanas en la lucha contra el antisemitismo, también canceló su asistencia. Incluso el reconocido filósofo francés Bernard-Henri Lévy decidió no participar.

 

En la lista de oradores, Milei ocupaba un lugar destacado, solo por detrás del presidente Herzog y el primer ministro Benjamin Netanyahu. Sin embargo, la organización del evento desató una fuerte controversia incluso dentro del gobierno israelí, al punto de que Herzog recibirá a algunos participantes y evitará a otros. Durante su visita a Jerusalén, Milei tenía previsto firmar un Memorándum contra el Terrorismo con Netanyahu, un documento simbólico que forma parte de la estrategia del líder libertario para alinearse internacionalmente. Cabe recordar que, hace dos semanas, en las Naciones Unidas, se votó para establecer el 28 de enero como el Día Internacional de la Coexistencia Pacífica. Solo tres países votaron en contra: Estados Unidos, Israel y Argentina.

 

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