Fuiste miembro activo de la Juventud Peronista y formaste parte de la Columna Norte junto a tu cuñado, Rodolfo Galimberti. Participaste como vigilante durante la colocación de un kilogramo y medio de TNT en la residencia del coronel José María Noguer, quien en ese momento era intendente de facto de San Isidro, en enero de 1977. Luego, optaste por el exilio y, sorprendentemente, evitaste ser detenida en 1979 en Brasil, gracias a las operaciones del Plan Cóndor. Posteriormente, transitaste por diversas agrupaciones y espacios políticos, hasta convertirte en la figura cruel que hoy condena y reprime a jubilados, trabajadores, hinchas de fútbol y fotógrafos.

¿Quién fuiste? ¿Representás acaso una manifestación del Síndrome de Estocolmo? ¿O simplemente sos la continuación ilegítima de una biografía marcada por la ignominia?

No puedo dejar de revivir las imágenes del momento en que un cartucho de gas lacrimógeno impacta en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo, mientras veo cómo compañeros y compañeras intentan socorrerlo en el suelo. Y ahí estás tú, Bullrich, con tu armadura de deshonra, apuntando contra los manifestantes que tratan de ayudarlo. Frente a esa escena trágica, no puedo evitar recordar las palabras arrogantes del entonces Secretario de Seguridad durante el gobierno de Fernando de la Rúa, Enrique Mathov, quien fue condenado a prisión por la muerte de Gastón Riva, Carlos Almirón y Diego Lamagna.

Secuencia en la que un policía empuja a Beatriz Bianco, de 87 años

Bullrich: Te miramos a los ojos con la certeza de que esta sangría no puede prolongarse indefinidamente. Cuando todo esto termine, muchos de nosotros seremos el espejo oscuro en el que deberás reflejarte. Vos –Tatiana, Pato, Cali, Carolina Serrano– quedarás grabada en el lado más ultrajante de nuestra memoria.

Probablemente no lo sepas, pero fue el poeta griego Yorgos Seferis quien escribió: “Allí donde la toques, la memoria duele.” Un sufrimiento que suele arder en los ojos, como la imagen de la agresión a la jubilada Beatriz Bianco, de 87 años, y la masa encefálica derramada sobre el asfalto del fotógrafo Pablo Grillo. La espera nunca es eterna.

Fuente: https://dejamelopensar.com.ar/2025/03/13/cuestiones-con-patricia-bullrich/